Costa de la Luz gaditana sin gluten.
1031 km separan Pamplona de Cádiz. Ahí es nada. De hecho estamos más cerca de París que de la capital gaditana.
Pero qué tendrá su costa para que tantos navarros vayan a veranear a ella.
Yo los descubrí el verano del 2020.
Ese verano extraño en el que vivimos en una especie de burbuja en torno a la pandemia que estábamos sufriendo y que debido a ella y a tener que cambiar nuestros planes de viaje de ese año, acabamos en Cádiz.
Y me enamoré. Sus playas. Su luz. Su ambiente. Sus atardeceres. Su «no sé qué… qué sé yo» que hizo que volviésemos con ganas, muchas de repetir.
Por supuesto, comimos de lujo y sin gluten. Así que en este post he decidido hacer un resumen de todos los lugares que visitamos, disfrutamos y degustamos.
Por supuesto, tenéis toda la información mucho más detallada en cada uno de los post de los pueblos.
Cádiz sin gluten
La capital de la provincia me sorprendió mucho.
Me quedé con ganas de más porque al final tan sólo estuvimos una tarde y eso no nos dio opción de visitarla con calma y poder disfrutar de algún restaurante de los que me habían recomendado sin gluten.
Eso sí, nos tomamos un buen helado en la Heladería Mira donde tienen cucuruchos sin gluten.
En el blog de Nazaret «Cádiz sin gluten» o en «Rincón Singlu» vais a encontrar muchos lugares donde poder comer bien y sin gluten en la capital gaditana.
Conil sin gluten
Conil fue el lugar que elegimos como «campamento base» para movernos por todo Cádiz.
Alquilamos un apartamento precioso desde el que veíamos la inmensidad de la parte de la playa de los Bateles y la de Castilnovo y disfrutamos de sus callejuelas llenas de ambiente, de bares, de tiendas y de jolgorio.
Al estar en apartamento, combinamos comidas en casa con otras fuera de ella. Y sin duda Conil tiene unos cuantos lugares donde poder disfrutar de la gastronomía sin gluten.
Cabe destacar «Makaipa», un pequeño restaurante 100% sin gluten.
Pero tenéis toda la información de Conil sin gluten en éste post.
Tarifa sin gluten
Pueblo surfero por excelencia, Tarifa fue uno de esos lugares donde iba sin demasiadas expectativas y me encantó.
Allá donde se unen el mar Mediterráneo con el océano Atlántico; donde se ve Africa y donde sus playas están surcadas por miles de «pequeñas mariposas» que parecen los kite-surf.
Tarifa fue sin duda, uno de los grandes descubrimientos de esa zona.
Para comer, elegimos el restaurante «El ancla», justo al lado del puerto, y fue sin duda una elección de 10.
Si queréis saber con detalle toda la información, aquí tenéis el posts de Tarifa sin gluten.
Sanlúcar de Barrameda sin gluten
De Sanlúacar partimos para realizar la visita a Doñana, que quien me conozca un poco, sabe que le tenía muchas, mucha ganas. Y me encantó, todo sea dicho.
Tras la visita, paseamos por el pueblo, nos bañamos en su playa fluvial del Guadalquivir y disfrutamos de una espectacular comida en «Taberna Cabildo», ubicada en una de las esquinas de su plaza principal.
Toda la información de Sanlúcar sin gluten en éste post.
Vejer de la Frontera sin gluten
A pocos kilómetros de Conil, en el interior de la provincia se encuentra Vejer de la Frontera, uno de los llamados «pueblos blancos de Andalucía» y que es una auténtica maravilla.
Nosotros fuimos a última hora de la tarde, aprovechando que no hacía tanto calor y sobre todo, ver ponerse el atardecer con esas casas blancas, esos patios llenos de flores y el ambiente maravilloso que se respira por cada una de sus intrincadas y laberínticas calles.
¿Se nota que me encantó el pueblo verdad?
Con respecto a comer sin gluten, todo el mundo nos hacía recomendado «El jardín del Califa», pero para cuando llamamos estaba todo ocupado, así que simplemente nos dimos una vuelta por el pueblo y nos tomamos un helado.
*Nota: varias de las personas que en 2022 han ido a este restaurante me dicen que a día de hoy no garantizan la ausencia de contaminación cruzada. por lo tanto queda pendiente de revisión para determinar si es o no un lugar seguro.
Zahara de los Atunes sin gluten
Si tuviese que elegir uno de los mejores atardeceres de mi vida, sin ninguna duda el que presencié en Zahara de los Atunes estaría en el top 5.
En esa enorme playa, con música sutil de fondo, con una compañía inmejorable…
Y con una cena acompañándolo en el restaurante «El Refugio», donde comimos por primera vez las famosas tortitas de camarones.
Es todo por hoy.
Releyendo todo el post que he escrito hoy, creo que dejo muy claro mi absoluto amor por Cádiz, por sus playas, sus atardeceres, su gente y por supuesto, por lo maravillosamente bien que comimos sin gluten.
Sin duda, deseando volver.
Helena
Qué maravilla de página!! Mil gracias por este trabajo que haces, a los que padecemos de celiaquía nos sirve de muchísima ayuda y nos hace todo más fácil! Gracias de nuevo ❤️
Muchísimas gracias a tí por tus palabras Rocío.
Un besote
Hola Helena!Mil gracias por todos los sitios que compartes. Añado una info por si fuera de utilidad: no se si habrán querido ser más prudentes últimamente pero he ido al Jardín del califa con muchas ganas y en la carta y en persona me dicen que no pueden garantizar la ausencia de trazas. Ha sido un disgusto pq era precioso el lugar.
Jo que rabia de verdad.
Hace ya dos años que estuvimos y tras hacerle el super cuestionario, todo fue genial. Siendo así lo voy a quitar porque no me fío un pelo.
Muchas gracias Esther.