¿Avanzamos?

Avanzamos

¿Avanzamos?

Ultimo post del año. De este 2022 que personalmente ha sido complicado, muy complicado.

Pero como diría aquel «no he venido ha hablar de mi libro».

Lo que pretendo hacer hoy es una pequeña reflexión acerca de cómo veo yo ultimamente el tema de la celiaquía y de no comer gluten por estos lares de la tierra.

Celiaquía en la medicina. ¿Avanzamos?

Sí, sin duda alguna. La respuesta general es que sí.

No me cabe duda de que la enfermedad celíaca cada vez es más conocida y los tiempos oscuros de tardar años para llegar a un correcto diagnóstico (15 en mi caso), cada vez son menos.

Sin embargo, casi a diario me encuentro con situaciones personales o que me contáis a través de las redes sociales en las que los propios médicos siguen preguntando por ejemplo: «¿tú que grado de celiaquía tienes?

Soy consciente de que cada médico tiene su especialidad. Y que un medico de familia no tienen porqué saber al dedillo las vicisitudes y peculiaridades de cada enfermedad.

Pero de ahí a no actualizarse, a no leerse por ejemplo el «Protocolo de Diagnóstico celíaco», publicado en 2018 y al alcance de cualquiera, donde se explica perfectamente de qué va la celiaquía, me parece tremendo.

Celiaquía en la hostelería. ¿Avanzamos?

Si y no. Me explico.

Al igual que sucede en el ámbito médico, está claro que la celiaquia ya no es esa gran desconocida por la hostelería.

Pero la cuestión es: ¿realmente saben lo que es y lo que implica?

Y aquí la respuesta es NO. En general no tienen ni idea.

Porque cuando llaman a un restaurante, la respuesta general suele ser: «si sí tranquila, tienes la carta de alérgenos bien clara».

Porque cuando llaman a un restaurante, la respuesta general suele ser: «si sí tranquila, tienes la carta de alérgenos bien clara».

Y bien sabemos los celíacos que esa carta es tan sólo orientativa.

Porque depende cómo este hecha la comida, si no se ha tenido en cuenta la posible contaminación cruzada (ahora llamada contacto cruzado) no sirve de nada que los ingredientes sean sin gluten.

Y peor aún. esos restairntes que se promocionan como «tenemos menú para celíacos pero no aseguramos la posiblidad de que no haya trazas en dichos menús».

NO señores. Si HAY TRAZAS NO ES UN MENU PARA CELÍACOS. Que quede bien claro.

Es todo por hoy.

Me gustaría acabar esta reflexión de manera positiva, porque de todo hay que sacar siempre la parte «buena».

Cuando pienso en las personas celíacas de este país que fueron diagnosticadas hace 20 o 30 años… eso sí que tenia que ser duro, Durísimo. Especialmente para los niños.

Yo que vivo cerca de la frontera con Francia, puedo hacerme una ligera idea de que podía ser porque es cruzar esa línea imaginaria y darme cuenta de lo complicado que es comprar un simple jamón de york que esté bien marcado como «sin gluten».

No digamos ya poder comer en un restaurante.

Así que sí, a pesar de todos los pesares, creo que somos afortunados de vivir en un país donde la celiaquía ya no suena a extraterrestre.

Y donde a pesar de que sea de manera muy lenta, AVANZAMOS.

Helena

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