10 consejos para celíacos recién diagnosticados.
Cuando me diagnosticaron celiaquía hace casi ya 6 años, me sentí completamente perdida.
Nadie me explicó realmente qué me pasaba; qué podía comer; qué debía echar en mi cesta de la compra a partir de entonces.
Nadie me hablo apenas de la contaminación cruzada. Salir a comer fuera de casa me daba pánico y viajar era todo un mundo
Por eso, hoy quiero dejar unos cuantos consejos para celíacos recién diagnosticados o sus familias que a mí me hubiese encantado escuchar o leer tras mi diagnóstico.
Porque aunque la celiaquía supone un cambio de vida y de hábitos, con el tiempo todo se normaliza
Así que vamos allá con los consejos que creo, más pueden ayudar a los celíacos recién diagnosticados.
Consejos celíacos
1. Tienes una enfermedad, pero no estás enfermo.
Tras varias pruebas médicas, resulta que tienes enfermedad celíaca (EC).
Porque sí, es una enfermedad. Y así hay que tomarlo (en este post te hablo mucho sobre qué es la celiaquía).
Pero eso NO quiere decir que estés enfermo.
Porque en el momento en que comiences tu dieta de manera estricta, vas a encontrarte mucho, mucho mejor. Y en un tiempo, te sentirás estupendamente.
Probablemente ahora estés de bajón, pero te aseguro que pronto, ni te vas a plantear volver a comer nada que lleve gluten.
2. El gluten. El gran enemigo.
El gluten, esa proteína que tanto daño hace a nuestro intestino celíaco, es el «enemigo a evitar» a partir de ahora en tu vida.
Y ¿dónde se encuentra el gluten?
Ya sabemos que en los cereales como el trigo, la cebada, el centeno, kamut, espelta y triticale.
Pero, el problema es que el gluten también se añade a muchos alimentos a modo de aglutinante.
Por lo tanto, a partir de ahora vas a tener que mirar todos los envases de todo aquello que pienses llevarte a la boca y vas a ser un experto en leer etiquetas.
Lo sé, un rollo. Pero te convertirás en todo un espero en nada.
También podemos encontrar gluten como excipiente en los medicamentos y aquí te cuento cómo averiguarlo.
3. Dieta sin gluten. Y ahora, ¿qué cómo?
No te agobies.
Lo más importante es tener claro que debes basar tu dieta en alimentos naturales y frescos: frutas, verduras, carnes, pescados, huevos, legumbre, frutos secos. Y cereales como maíz y arroz.
Huye de los alimentos comprados a granel y los ultraprocesados.
Con el tiempo podrás volver a tus cervezas (ahora sin gluten) y comer repostería variada.
Pero ahora deja que tu cuerpo se limpie y tu intestino se recupere.
En este post os hablo de cuales son los alimentos considerados genéricos para los celíacos.
Y eso sí, recuerda que la dieta sin gluten debe ser estricta y de por vida.
Porque una sola miga nos enferma (aunque no tengamos síntomas externos de contaminación) y saltarnos la dieta a la larga, puede tener complicaciones graves en nuestra salud.
4. Convivir en una cocina con y sin gluten.
Algo obvio: en todas las casas conviven celíacos con no celíacos.
Lo primero y mas importante es hacer una limpieza en profundidad de toda la cocina, especialmente del horno.
Si os gustan mucho las tostadas, tendréis que tener dos tostadoras.
Eliminar todos los accesorios y utensilios de madera (es porosa y absorbe el gluten) y separar y etiquetar bien todos los alimentos con y sin gluten.
Pero no te asustes. Con cuidado, no es complicado.
En este post os hablo con mucho detenimiento de cómo organizar una cocina sin gluten.
5. Vida social y comer fuera de casa.
Tal vez comer fuera de casa sea una de las cosas más complicadas que tenemos los celíacos.
Aquí dejamos de controlar la situación para estar en manos de los demás.
A día de hoy va habiendo restaurantes libres al 100% sin gluten. Pero no es lo habitual.
Lo normal es que en las cocinas convivan el gluten con el no gluten, por lo que el riesgo de que haya contaminación cruzada, es muy alto.
Por ello, es imprescindible hablar con los camareros, chefs o quien corresponda y dejar claro que somos celíacos, que no podemos comer nada que lleve gluten ni se haya contaminado en el proceso de preparación del plato.
En este post os hablo mucho de que tener en cuenta a la hora de salir a comer fuera de casa siendo celíacos.
6. Viajar sin gluten
Viajar siendo celíacos es posible.
Os lo digo yo que llevo ya unos cuantos viajes en la maleta con la celiaquía como compañera de ruta.
Eso sí, la improvisación se acaba.
El mejor consejo que puedo daros en este punto es buscar información con antelación: cómo está el tema de la celiaquia en destino, restaurantes, hoteles, medios de transporte, etiquetado de productos…
De lo contrario, tal vez no comáis en todo el viaje. O aun peor: os contaminéis y acabéis arruinando ese viaje que tantas ganas teníais de hacer.
En este post os cuento cómo organizar un viaje sin gluten.
7. Estudia e investiga sobre tu enfermedad.
Lee. Lee mucho.
Y filtra lo que lees. Porque también es cierto que hay mucha información, especialmente en redes sociales, que más que informar, desinforma.
Hablar con la asociación de celíacos de tu comunidad también te puede ayudar al principio.
En ellas se realizan charlas informativas que piden ayudarte mucho, especialmente, cuando uno comienza en el mundo sin gluten.
8. El radar celíaco
Sí, así llamo yo a esa sensación de estar «alerta o de vigilancia» permanente que desarrollamos los celíacos.
Vigilancia cuando vamos al super y miramos todas las etiquetas; cuando preguntamos hasta la saciedad en los restaurantes por cómo esta elaborada nuestra comida; cuando tu hijo (también celíaco) te dice que en el cole le han dado un postre nuevo… ¡¡¡ahí saltan hasta las alarmas.
Porque sí, creo que desarrollamos sensores de peligro y alerta frente al gluten.
Y también vemos celíacos potenciales en todas las personas. Pero eso ya es otro cantar.
9. Ten paciencia y sentido del humor
Paciencia. Mucha.
Porque de repente todo el mundo a tu alrededor va a saber de celiaquía mucho más que tú.
Porque frases como: «va, pero ahora en Mercadona todo es sin gluten»; o «uf, yo sin comer pan me muero» vas a tenerlas que escuchar mucho.
Y tambien vas a tener que aguantar al camarero de turno con cara de enfado cuando le hagas el test de «seguridad», como yo le llamo.
Paciencia. Y sentido del humor. Porque con humor, todo se lleva mejor.
10. Sé un celíaco feliz
Porque es lo que nos ha tocado.
Y al principio es un mudo. Pero aquí, el mundo no se acaba.
Aprovecha tu diagnostico para aprender a comer mejor y de manera más saludable.
Para darte cuenta de que la gente que te quiere está ahí siempre, a las duras y las maduras.
Para descubrir el mundo desde otra perspectiva y ser consciente de que a pesar de las limitaciones, todo es cuestión de ganas.
En definitiva, sé un celíaco feliz.
Espero que os haya gustado este post y sobre todo, si sois celíacos recién diagnosticados, os pueda ayudar a tener información que necesites.
Helena