Hoy quiero hablaros del restaurante madrileño «El Reloj de Harry y Sally».
Ubicado al lado de plaza de España, en la trasera del Senado, «El Reloj» es un pequeño y acogedor local donde toda su comida es 100% sin gluten.
Y bien sabemos los celíacos, que eso es música celestial para nuestros oídos.
Poder elegir entre TODA la carta y saber que no va a haber riesgo de contaminación cruzada, vale su peso en oro.
"El Reloj de Harry y Sally"
Si os preguntáis que tipo de comida avisa encontrar en «El Reloj», pues es comida tradicional con un toque moderno.
Tiene un menú degustación cerrado de sus platos más exitosos además los viernes y sábados por la noche, una carta de picoteo, que es la que nosotros tomamos.
Os diré que estaba todo delicioso y no quedó ni una miga de pan (buenísimo por cierto) y eso que yo era la única celíaca de la mesa.
Como recomendación personal, es indispensable pediros el sandwich de pastrami, que además, elaboran ellos mismos.
Arriba: crema de calabacín; ensaladilla de patata, gamba y huevas de arenque; corazones de alcachofa baby con crema de maíz.
Abajo: arroz con leche caramelizado; sandwich de pastrami artesano con salsa barbacoa, mostaza y rúcula y trufas de chocolate.
Por cierto, que «El Reloj» tiene un hermano: «El mollete de Harry y Sally» pero en estos momentos se encuentra cerrado por las distancias de seguridad del tema Covid.
Hice una reserva para una cena con mi marido para celebrar su cumpleaños, Llegamos sorpresa preparada. Reserva confirmada el mismo dia. Por la tarde me mandan el recordatorio. Llegamos al restaurante y esta totalmente vacío y sin personal, nada mas que el cocinero que se ofreció a cocinar y a servir los platos. Ni una explicación ni nadie a quien quejarme. Nadie me llamo para anular la reserva. Nos vimos en la calle sin posibilidad de disfrutar la cena y la celebración. Denunciaremos a consumo.
Hice una reserva para una cena con mi marido para celebrar su cumpleaños, Llegamos sorpresa preparada. Reserva confirmada el mismo dia. Por la tarde me mandan el recordatorio. Llegamos al restaurante y esta totalmente vacío y sin personal, nada mas que el cocinero que se ofreció a cocinar y a servir los platos. Ni una explicación ni nadie a quien quejarme. Nadie me llamo para anular la reserva. Nos vimos en la calle sin posibilidad de disfrutar la cena y la celebración. Denunciaremos a consumo.
Vaya. Lamento que tu experiencia haya sido así de mala. Yo cuando estuve todo fue estupendamente.
Un saludo.