Londres con niños y sin gluten.
Pues sí, vamos allá con una pequeña guía de que hacer en la capital inglesa durante casi 5 días, visitándola con niños y con la amiga «celiaquía» en la mochila.
Creo sin ninguna duda que Londes es una ciudad perfecta para viajar con niños. Es cierto que el grande y supongo, ir con silletas por el metro, no deber ser lo más cómodo del mundo.
Pero en nuestro caso, mis hijos ya tenían 11 y 9 años. Y debo decir que les encantó.
Es un viaje que hicimos además con mis padres, lo que lo hizo doblemente especial
Y ahora sin enrollarme mas, voy con esta pequeña guía de viaje de Londres con niños, por si os puede servir de ayuda a la hora de preparar vuestro viaje.
* En la parte final del post hay dos mapas: uno con los restaurantes sin gluten y otro con los lugares turísticos de los que os hablo.
Guía de 5 días en Londres con niños
- Día 1: llegada, Trafalgar Square y National Gallery
Teniendo en cuenta que nuestro vuelo salía a las 10:00 horas del aeropuerto de Bilbao, llegamos a Londres a las 11:00 hora local.
Llevábamos contratado un transporte privado (ir con los abuelos es lo que tiene) así que en poco menos de una hora ya estábamos haciendo el checking en el aparta-hotel.
Teníamos muchas ganas de aprovechar el tiempo, así que prácticamente dejamos las maletas y nos echamos a la calle.
Una de las ventajas que tenía el estar alojados en el Citadines Trafalgar Square, es que estaba ubicado en pleno centro, lo cual nos permitió llegar a pie a muchas de las principales zonas turísticas andando.
Y eso en Londres, todo un lujo por dos motivos: la gran extensión de la ciudad y el precio del transporte.
Así que nada mejor que comenzar nuestra ruta londinense por Trafalgar Square. Probablemente una de las más importantes y animadas de la ciudad.
Presidida por la National Gallery y con el Big Ben al fondo, los leones que bajo la Columna de Nelson son el lugar ideal donde a los peques de la casa les encanta sacarse mil fotos.
Como nos daba tiempo antes de cerrar (todos los museos de Londres cierran a las 18:00 menos los viernes) decidimos entrar en la National Gallery con el fin único de ver «Los Girasoles» de Van Gogh.
La verdad es que la pinacoteca es un poco liosa y se pierde mucho tiempo entre pasillos, pero merece la pena.
De ahí caminamos hasta la zona de Convet Garden.
Hay poco más de 5 minutos andando.
Antiguo mercado de flores, frutas y verduras desde 1660, actualmente es una zona con mucho encanto donde además de haber tiendas pequeñas e ideales, hay muchos puestos de comida. Y todo ello con animadas actuaciones de magos y hasta cantantes de opera.
Seguimos hacia Leicester Square, plaza conocida por estar rodeada de cines y teatros donde se hacen los grandes musicales de Londres.
Y un poquito más adelante, está la archifamosa Picadilly Circus.
Eso sí, las pantallas luminosas han desaparecido porgue las van a sustituir por unas nuevas más modernas (en 2017). Así que la verdad, la plaza ha perdido gran parte de su encanto.
Y eso es lo que dio de sí la primera tarde. Bien aprovechada sin duda.
Ya de vuelta a casa, aprovechamos para comprar en un Tesco (alucinado con la enorme variedad de productos sin gluten que tienen) y nos volvimos al apartahotel donde cenamos.
Para ser el primer día, muy bien aprovechado.
- Día 2: Londres clásico, Harrods y Museos
Londres amaneció soleado y con una temperatura estupenda, así que tras un buen desayuno, la primera parada estaba clara: ir hacia «Buckingham Palace«, situado a 15 minutos andado desde nuestro hotel.
Es un paseo muy chulo por The Mall.
Y cuando llegas allí, te encuentras con la marabunta. Madre mía que de gente había. Esperaban el cambio de guardia, pero no nos quedamos.
Y fue genial no hacerlo porque sin querer llegamos a la zona donde se preparan para salir. Y allí estaban desfilando con la banda de música. Así que pudimos ver cómo lo hacen y sin nada de gente. Muy curioso la verdad.
Paseo The Mall con Buckingham Palace al fondo y Big Ben.
Caminamos por la parte sur de los jardines de St. James (que bonitos y que cuidados los tienen) hasta llegar a ese punto maravilloso donde toooodos nos hacemos fotos: las típicas cabinas rojas con el Big Ben al fondo.
La verdad es que es una zona preciosa donde se ubican las casas del Parlamento y la abadía de Westminster. Ambas se pueden visitar pero las entradas nos parecieron muy caras así que sólo las vimos por fuera.
Llegamos hasta el puente de Westminster para ver el Big Ben desde abajo y admirar las vistas del Támesis y del London Eye.
De ahí, hasta Downing Street (donde vive el/la primer ministro) y del que no se ve nada de nada, pero es parada obligada) y seguido está el Horse Guard Palace, un campo de desfiles pero que lo que tiene de «molon» para los niños es que están los guardias montados a caballo para hacerse fotos con todo aquel que quiera.
La mañana estaba echada así que tras comer LEGGERO Soho (2022 cerrado) restaurante italiano 100% sin gluten, cogimos un bus y nos dejó en la puerta de los famosos almacenes Harrods.
Harrods es inmenso así que nos básicamente nos centramos en el mercado de abastos de la planta baja, realmente alucinante; y la planta de los souvenirs.
De allí bajamos andando por Bromptom Rd. hasta la confluencia con Exhibition Rd. donde están el Museo de Ciencias Naturales y Museo de la Ciencia
En el primero no entramos ya que aunque dicen que es espectacular, hace dos años estuvimos en el de Nueva York y dicen que son muy similares. Así que optamos por entrar en el de ciencias.
Y si os digo la verdad, nos decepcionó un poquito. Creo que el de Barcelona o el de San Sebastián son mas interactivos y divertidos para los niños.
Pero bueno, como son gratis, allí estuvimos como hora y media. Y mientas mis hijos correteaban de lado a lado, los mayores descansábamos un rato.
Eran las 6 de la tarde cuando salimos de allí y nos encaminamos hacia Hyde Park. Nos dimos un paseo por él hasta llegar al Royal Albert Hall. Precioso.
Lo malo es que lo están reformando y no lo pudimos ver en todo su esplendor.
Y con esto y un bizcocho, el día estaba hecho. Agotados volvimos al hotel donde cenamos.
- Día 3. Torre de Londres, la City, Southbank y Hamleys
El cielo amaneció gris pero la temperatura estupenda, así que de nuevo para las 9:30 estábamos en la calle.
Cogimos el metro y directos a Torre de Londres.
Aquí llevábamos las entradas cogidas on-line porque se suelen organizar grandes colas y además son un poco más baratas. Hay una entrada familiar (2 niños y hasta 3 adultos) que nos costó 59L (unos 70€).
Y que queráis que os diga. Nos encantó.
Las Joyas de la Corona son una pasada y el resto de edificaciones con parte de la historia de Londres está muy bien. Da para un par de horas la mar de entretenidas.
Cuando sales, las vistas del Puente de Londres y del Támesis son preciosas. Frente a la torre está el City Hall y el HMS Belfast, un barco museo de la Marina Real Británica.
Nosotros no lo cruzamos porque tras salir de la Torre, teníamos una de las visitas más chulas que hemos hecho estos días.
La subida al edificio que llaman «Walkie Talkie» donde en su planta superior, creo recordar que la 35, se encuentra el Sky Gardens un maravilloso mirador del que observar tooooda la ciudad. Y lo mejor de lo mejor: ¡¡es gratis¡
Consejo: un par de semanas antes del viaje, reservar hora a través de su web, estar allí 10 minutos antes y listo.
De verdad que merece la pena porque las vistas son realmente impresionantes. Hasta a mi madre, que tiene vértigo y le dan miedo, le alucinó.
Vistas de la Torre de Londres y de la ciudad desde el Sky Gardens.
Al bajar nos fuimos a comer a Leon, un restaurante con opciones sin gluten que está dentro del «Leadenhall Market».
Este mercado es famoso porque es uno de los lugares donde todos los financieros de la city bajan a comer diariamente y además, donde se han rodado varias imágenes de una de las películas de «Harry Potter».
Como somos una familia de «caminantes», tras la comida atravesamos «La City» hasta llegar a la Catedral de St.Paul.
No entramos y tan solo la vimos por fuera.
Justo frente a la Catedral, está el Milenium Bridge que cruza el Támesis hasta llegar a la Tate Modern.
Entramos para ver la inmensa sala de turbinas, un espacio gigantesco y vacío y aprovechamos para ir al wc.
Y de allí, caminando por lo que llaman el «Southbank» llegamos hasta el «London Eye», la famosa noria que construyeron en el año 2000.
Teníamos dudas de si subir o no. Pero las colas para coger entradas eran infernales (se pueden coger on-line) y además, tras haber tenido las vistas espectaculares desde el «Sky Gardens» ese mismo día y teniendo en cuenta lo carísima que es, cerca de 30€ por persona por media hora, decidimos pasar.
Los chicos empezaban a protestar por el cansancio (la caminata había sido importante) pero como aún no queríamos ir al hotel, optamos por coger un metro y directos a Hamleys, una inmensa juguetería en pleno Regent St. donde a mis hijos se les pasó el cansancio al momento.
Tras más de una hora disfrutando de todos los juguetes inimaginables y comprarse los peques un par de caprichos, dimos casi por finalizado nuestro día.
Había que aprovechar que estaban los abuelos, as que dejamos a los chicos con ellos cenando y nosotros salimos a hacer lo propio a Wahaca, un mejicano donde me trataron de lujo y donde comí un bownie hecho con ¡¡harina de grillos¡¡
- Día 4. Candem Town, Oxford St. y British Museum
Tras la paliza caminado del día anterior, esta cuarta jornada nos la tomamos con más calma
Metro directo y en 20 minutos estábamos en «Candem Town» uno de los mercados callejeros más famosos de Londres.
Hicimos bien en ir pronto porque dos horas después, cuando nos íbamos, las hordas de gente que llegaban eran alucinantes. No quiero imaginarme que puede ser eso en fin de semana.
La verdad es que los mercadillos de Londres son un «must».
Yo conocía el de Notting Hill de nuestro otro viaje. Pero creo que Camden me gustó más.
Tiene una parte muy turística llena de puestos donde venden los típicos souvenirs. Por cierto, más baratos que en el resto de la ciudad así que si queréis comprar alguno, aprovechad a hacerlo allí.
Pero además hay muchos, muchísimos puestos de artículos verdaderamente curiosos y chulos en los que merecen la pena detenerse un buen rato.
Por supuesto, la decoración de las casas es genial. A mis hijos les encantó.
Y de allí metro hasta Oxford y Regent St. zona de compras por excelencia en Londres.
Entramos en unas cuantas tiendas como en la maravillosa Lush (de jabones artesanales y bombas de baño geniales donde hasta mis hijos se lo pasaron en grande); en «Top Shop» y en un «H&M» espectacular.
Pero la verdad, mi madre y yo no pudimos recrearnos en ellas con calma y tengo que reconoceros que me he quedado con ganas de compras. Tendremos que hacernos una escapada de chicas.
Ese día comimos en Pizza Express, cadena de pizzerías que hay por todo Londres y donde las opciones sin gluten son varias.
Y tras ello, nos quedaba uno de los grandes planes del viaje: la visita al British Museum.
Me esperaba mas gente. La había, pero pudimos ver todo muy bien.
Mi padre, un enamorado del arte griego, alucinó con los frisos del Partenón. La verdad es que cuando los ves, piensan que deberían estar en su lugar real. Pero tal y como están las cosas, igual de no estar preservados, ni existían.
Sea como sea, es maravilloso museo para darnos cuenta de lo grande que puede llegar a ser el ser humano. Entretenido para los niños, la zona de las momias es lo más.
En un par de horas estábamos realmente cansados así que decidimos coger un bus hasta la parada más cercana al Big Ben y volver a esa zona tan bonita.
Cruzamos el puente de Westminster hasta el London Eye y allí nos pasamos un buen rato disfrutando de las vistas del Parlamento y del ambiente que tiene esa zona.
Y cuando comenzó a refrescar, en 10 minutos andando estábamos en el hotel.
Cenamos unas salchicas de German ze Herman.
-Día 5. Soho, Chinatown, Picadilly
Con todo lo que llevábamos en nuestros planes visto, esta última mañana antes de volver a casa nos dedicamos a recorrer el Soho, con sus miles de restaurantes y de tiendecitas preciosas.
Paseamos por la archi conocida «Carnaby Street», por Chinatown; volvimos a Picadilly y a Leicester Square; dedicamos un buen rato a la «Lego Strore» y a la tienda de «Emanen´s»; disfrutamos del ambiente, que al final, es de las mejores cosas que tiene Londres.
Como era el día St. George, nos dimos una vuelta de nuevo por Trafalgar Square, donde habían instalado un escenario (por la tarde tocaba la sinfónica de Londres) y había montones de puestos de comida y gente con banderas de Reino Unido por todos lados.
Comimos estupendamente en Prezzo, una cadena de restaurantes italianos con carta exclusiva sin gluten, y de nuevo a Heatrow para unas horas después, llegar a nuestra Pamplona cargados con una maravillosa experiencia en Londres.
Y eso es todo.
Este viaje me sirvió para reconciliarme con Londres.
La primera vez que fui mi celiaquía, aun sin diagnosticar, decidió «salir a pasear» y me pegué todo el viaje de wc en wc.
También para ara disfrutar viendo como a mis hijos le encanta cada vez más viajar; para emocionarme viendo como mi padre les explicaba a sus nietos la historia de los antiguos egipcios. En definitiva, un viaje increíble que siempre se quedará en nuestra memoria.
Helena
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Buenos días; donde puedo ver el bono familiar de la Torre, no lo encuentro .
Muchas gracias por tú guía, me está siendo de mucha ayuda para organizar el viaje, ya que tengo una hija celiaca; quería preguntarte donde puedo ver el bono familiar de la Torre, no lo encuentro .
Saludos
Olga
Hola Olga, yo lo cogí hace años directamente en la web de la Torre. No se si aun se mantendrá o lo habrán quitado.
Un saludo